Los ciudadanos hemos pagado sus caprichos, ahora venimos a cobrar.
Ya hace mucho tiempo que el malestar es generalizado. No sé si en el resto de España se lleva tanto tiempo con una indignación superior a la media, pero al menos en Valencia llevamos un tiempo con un gran enfado latente y una vergüenza importante al ver que el presidente de nuestra comunidad torea día sí día también con presunciones de corrupción. Pero es que con temas como la Ley Sinde, los recortes en materia de ciencia o el clima político en el que es más importante dejar mal al contrario que generar un verdadero avance del estado del bienestar, esto se veía venir.
Foto de la #AcampadaValencia (18/05/2011). Robada vilmente a Natalia.
El 2011 se recordará como el año en el que el norte de África montó en cólera y los ciudadanos que vivimos (en el norte de África, si) nos hemos rebelado frente a lo que nos han contado que es una democracia, y que en realidad es una sociedad alejada de ello. La ciudadanía se ha cansado. Tal vez no se han cansado los suficientes (en número), ni los necesarios (en influencia) pero lo que está claro es que para una sociedad tan pasota como sabemos que es la española, el hecho de que se haya formado la #AcampadaSol y que con ella como colofon hayan empezado movimientos y protestas similares en Valencia, Barcelona, Sevilla,… y cada capital de provincia es una muestra de descontento, si cabe, mucho mayor.
Personalmente este movimiento, y salvando las diferencias, me recuerda al ocurrido en Francia hace unos años en los que centenares de jóvenes inmigrantes simplemente vandalizaron. No tenían un manifiesto, ni una ideología, tampoco un líder ni unas demandas. Justo lo que ocurre ahora. Estamos viviendo una explosión, una vía de escape que tenía que ocurrir. Porque no se puede crispar, apretar tuercas y poner sogas en cuellos sin esperar que algún día los “favores” se devuelvan.
Foto de la #AcampadaSol (18/05/2011). Paul Hanna – Reuters.
Me hace especial gracia que los políticos están intentando cargar los muertos al enemigo y hacer suyas las demandas que les interesan. Los PSOE dicen que esto es una panda de antisistemas, los del PP dicen que son gente del PSOE,… No quieren darse cuenta de que las acampadas, las manifestaciones y la petición de una Democracia Real va simple y llanamente, contra la clase política. Esa clase que ha demostrado no vivir para su país ni para sus ciudadanos. Los ciudadanos hemos pagado todos sus caprichos, y ahora hemos decidido venir a cobrar.